
Esperamos muchísimo por tí, y los 9 meses que llevó a tu llegada fueron poco menos que idílicos. Nisiquiera sufrí de nauseas ni casi ningún malestar (fuiste amable conmigo), pero pesabas! oooogh mi barriga era enoooorme!
Era tan emocionante escuchar tu corazón en cada control. significaba que estabas bien, que cada vez faltaba menos para que llegaras, y que también nos estabas esperando.
Tenía tantas esperanzas de que todo iba a ser un cuento de hadas.
En fin! al fin llegó el momento, o eso creí. La verdad es que 2 veces nos hiciste creer que venías, pero no. Y con tu papá anotamos en muchas hojas un conteo interminable de la hora exacta en la que me daban contracciones. Sí duelen, pero no era tan terrible como pensé (pujar sí es horrible).
Y el día del parto lo idílico ya no lo fue más. A las 2 de la madrugada ingresamos a la clínica con labor de parto, pero no dilataba lo suficiente para que salieras, y la matrona tuvo que romper la bolsa como a las 4 o 5 de la madrugada.
Al final como a las 6 de la mañana empezaron las contracciones de verdad, y después de un rato de dolor llegó el anestecista, y en mi vida, hasta ese momento, nunca había amado tanto a un desconocido.

Cerca de las 8 de la mañana se asomó tu cabecita al canal de parto al fin! luego de 2 o 3 buenas pujadas (antes de eso la matrona con la mano te intentaba sacar y tú te devolvías, hiciste eso un montón de veces) pero como eras una bolita enorme tus hombros se atascaron.
El doctor pudo haber determinado hacer cesárea... pero resulta que el doctor aún no llegaba, y no llegó hasta mucho rato después.
Naciste 10 minutos antes de las 9 de la mañana, y aún me pregunto ¿Por qué el doctor no estuvo ahí cuando debía estar? ¿Por qué la matrona no decidió por su cuenta? ¿Por qué no te sacaron en cuanto asomaste y me hicieron aguantar para no pujar? (lo que por cierto duele más que pujar) ¿Por qué nadie me dijo que eso no era lo que se supone que debía estar pasando, que algo no iba bien? Te prometo bebé, que intento no pensar en eso, que hago todo lo posible por perdonar y olvidar... pero de vez en cuando aún recuerdo, y me duele el pecho, se me aprieta, se me hace un nudo en la garganta, me dan ganas de llorar, de gritarles. No tenían ningún derecho. Les confié lo más importante que tengo en el mundo... y no estuvieron a la altura.
Finalmente "en su inmensa misericordia" el doctor se dignó a aparecer, y ya todo estaba complicado. Tuvo que sacarte con forceps (unos fierros horribles que deformaron tu cabecita y te hicieron daño, pero al menos te lograron sacar).
Tu papá no me deja ver el video del parto, porque sabe que me hará mal verlo... pero te confieso que hace una semana me armé de valor y lo vi en secreto. Tu papi tenía razón.
Saliste tan inerte, tan sin color, tan No como las guaguas que muestran en las películas. Con dos vueltas del cordón a tu cuello (¡¿Por qué diablos no estaba ahí el doctor para ver que venías con el cordón y decidió la dichosa cesárea?!).
En el video me veo tan normal hablando, pero esa no es la verdad. La verdad es que estaba aterrada. Parecías muerta, no te movías, no llorabas ¿No lloran las guaguas cuando nacen? No una con apgar 2. 2 miserables puntos que te separaban del bebé que murió en la sala de al lado, pero 2 puntos a los que aferrarte, a los que aferrarme.
Salí de ahí y no te pude volver a ver, no hasta mucho después. Y pensar que quería parto natural porque me dijeron que así te pasan al bebé más rápido que con cesárea.
Me llevaron a recuperación de anestesia, y dormí, dormí mucho. Llevaba 3 epidurales en el cuerpo, y estaba agotada.
Cuando desperté y me llevaron a la pieza, no estabas ahí, y no estuviste jamás. Era una mamá sin guagua. La joven de la cama de al lado tuvo cesárea, y ella si tuvo a su guagua esa misma tarde, y yo no. Tú estabas en neonatología, en una incubadora, con una sonda... cuando imaginé nuestro primer día juntas nunca me imaginé esto, nadie podría.

en la tarde recién pude levantarme, pero aún me sentía muy mal, así que le pedí ayuda a tu papá para parecer mejor de lo que estaba, y él me llevó del brazo, y por el otro lado me apoyaba en el fierro del suero, y llegué a verte, pero tuve que ir a acostarme casi al tiro, no me pude quedar porque sentí que me iba a desvanecer nuevamente.
Y seguí llendo a verte los 2 días que estuve hospitalizada igual que tú, y luego del alta otra semana más, a las 10 para darte leche, a las 11 con tu papá,. y a las 5 los dos otra vez y luego me quedaba sola para darte leche. ¡Que horrible tratar de darte leche! no podías tomar el pecho, y costaba un mundo darte mamadera, porque no sabías succionar muy bien. al menos eso sí lo aprendiste, pero el pecho... no pudiste nunca. Y las dos nos frustábamos, y al final las dos llorábamos. Y lloré mucho tiempo después.
No te imaginas lo horrible que es aún cada vez que te llevo al doctor, enfermera, nutricionista o quien sea, cuando me hacen la dichosa pregunta "¿Y toma pecho?" "¿Y por qué no le da?" en serio creen que yo te negaría darte el pecho? Lo intenté tanto bebé! no te imaginas lo que pasamos las 2 con el famoso tema, y cómo me duele cada vez que me salen con el sermón de la lactancia materna y cómo te daño al no amamantarte, y los beneficios que te niego al no darte pecho. Como si lo hiciera porque quiero, como si quisiera que fueras más propensa a enfermarte, como si hubiera querido negarte el apego. ¿Quienes se creen los que juzgan y critican? Ni se imaginan el daño que me hacían. Y después solo estaba tu papito al lado mío para consolarme cuando yo lloraba con mucha pena, no estaban los "férreos defensores de la teta". Al menos hubiera sido más fácil si solo fuera gente que no conozco, profesionales de la salud fanatizados o mamás que se creen más amigas mías de lo que somos en verdad, no. Era también gente cercana, gente que quiero, gente de la que solo necesitaba su apoyo. El silencio a veces puede ser más sanador que mil palabras.
Yo esperaba que a medida que crecieras, se te hiciera más fácil, aprendieras a succionar, y podrías mamar. Pero bueno, aquí estamos. 5 meses después y sigues sin tomar pecho, y lo que en un momento fue una fuente llena de vida esperando por tí, hoy son 2 tristes recuerdos de lo que nunca pasó. De lo que tanto esperé (es que quería tanto poder amamantarte!) un doloroso recuerdo de lo que nunca pasará.

Durante el parto me hicieron una episotomía (osea, me rajaron) para meter el forcep, y como nunca pude hacer reposo porque te iba a ver sagradamente 2 veces al día, todos los días, se me abrió la herida 2 veces, y me tenían que volver a coser. Una vez más odié al médico.
En una de las primeras visitas dijeron que presentabas mioclonías, y cuando mencionaron las mioclonías, me dijeron que era ese movimiento en tus manitos, con el tiempo entendí que ese movimiento era actividad epiléptica producto de la hipoxia al nacer, producto de la negligencia. Y nuevamente me entra la pena y la rabia. Hasta el día de hoy (y probablemente por mucho tiempo) tomas 2 medicamentos, cada uno 2 veces al día, para mantener bajo control la actividad.
En esos 10 días te hicieron cuanto exámen se pudo, de sangre, orina, electroencéfalogramas, scanner, resonancia magnética.
Había días buenos y días malos.
-Un día bueno fue cuando me dijeron que todos los exámenes de sangre y orina estaban buenos y no tenías riesgo vital.
-Un día malo fue cuando me dijeron que la resonancia mostraba zonas blancas en tu cerebro, que significaba que había daño porque no llegó óxigeno. Ahora estamos a la espera de una segunda resonancia para ver si el daño sigue ahí y es permanente, y ver qué problema podría traerte. (¿Por qué una niña que venía sana debe estarse haciendo tanto exámen? ¿Por qué tus bracitos tienen que ser pinchados cada mes para controlar el nivel de medicamento en la sangre si venías bien? ¿Cómo es posible que tengas que pasar por tanto siendo tan pequeñita?).
-Un día bueno fue cuando al fin abriste un poquito los ojos
-Un día malo fue cuando leí los efectos adversos de tus medicamentos y descubrí que produce problemas de sueño, cambios de humor, depresión e incluso se reportaron suicidios. (¿Por qué una bebé de pocos días debe tomar medicamentos así? a lo más debería estar dándote vitaminas, hierro y sería! no psicotrópicos).

Tenía tanto miedo que nunca purieras afirmar tu cabecita, que nunca llegaras a balbucear, que no te puedas sentar, aprender a hablar, caminar, en fin. Todas esas eran posibilidades. Imagina nuestra felicidad cada vez que logras hacer algo nuevo. Todo te lo celebramos! tanto yo, tu papá como tus abuelos.
Pero estás creciendo normal, demostrándole a todos que eres una luchadora. que eres más grande que cualquier negligencia, que eso no te define. Demostrándome que la vida sigue, y hay que seguir a la par, y que yo tengo que estar a tu altura, que ya es mucho decir.
Esa es parte, gran parte de mi catarsis. Solo necesitaba desahogarme. Sacar lo malo para que entre lo bueno, ahora sólo me queda seguir llenándome de tí. Con tu papá hacemos lo mejor que podemos, es difícil, pero por tí, mi vida, por ti todo vale la pena.