Ilustración portada Harry Potter y la piedra filosofal: Dolores Avedaño. Editorial Salamandra.
-Se que es curioso que esté escribiendo sobre libros que me gustan, me dejaron una enseñanza o me marcaron y aún no haya hablado de esta saga en particular, pero necesitaba escribirla con tiempo. Y ahora lo tengo.
¿Cómo describiría mi etapa entre los 11 y los 20 años? HARRY POTTER.
Y nuevamente debo contarles un poco de mi vida para explicar el alcance que tuvieron estos libros en mi:
Primero: Un día cualquiera en la casa de mi mejor amiga estábamos conversando y de pronto ella me muestra ese libro, ese glorioso libro que había sido traducido al español hace muy poco (y yo con muy limitados recursos para comprar libros en ese entonces) se lo pido prestado, y ¡listo! sólo eso se necesitó para volverme Rowling-dependiente.
Segundo: Pese a lo que mucha gente cree, no soy del todo sociable. De hecho siempre preferí leer que tener que conversar con mis compañeros de curso o personas en general, exceptuando solo a aquellos a quién yo les permitía ser mis amigos. Lo que significó que (además de ya tener problemas para hacer amigos en mi escuela, de hecho no puedo decir que los tuviera en realidad, solo 2 o 3 niñas con las que hablaba) se me hizo aún más difícil, ya que me aburrían sus conversaciones monótonas y sus vidas aburridas, cuando podía estar en mi casa leyendo sobre un mundo mucho más interesante
Tercero: Fue tanta mi abstracción del mundo real, que mis papás me llevaron al sicólogo ¬¬ y no fue divertido. ¿Y qué si prefería vivir en los libros que fuera de ellos? ¿Y qué si no quería dormir antes de las 2 de la mañana porque estaba muy buena la historia? ¿Y qué si no tengo amigos "de verdad"?
Bueno ¡fue una etapa hermosa! Fue el tiempo que más pude leer. Luego de terminar la básica entré a la media, con sus problemas inherentes (que me quitaban tiempo de lectura) pero aún así jamás lo abandoné. Cuando al fin (¡gracias al cielo!) terminó esa etapa de mi vida. Cumplí mi mayoría de edad y podía decidir si se me daba la gana amanecerme leyendo. Lo que era hermoso ya que al no tener dinero para comprar los primeros libros que llegaron a la librería Antartica de el 7° libro "Harry Potter y las reliquias de la muerte" me vi en la obligación divina de leerlo cuanto antes, no importaba cómo, no importaba dónde, no importaba a qué hora. Y el cómo, era por internet, el dónde era una página ilegal de fans que lo tradujeron del inglés al español, e iban subiendo de apoco los capítulos que traducían, y el cuando (ya que estaba en la universidad) era por supuesto de noche.
Nunca olvidaré ese día a las 3 de la mañana cuando mi mamá llegó toda asustada porque me escuchó llorar y me preguntaba ¿Qué pasa hija? ¿Qué te pasa? y yo llorando desconsolada "¡¡Mamá murió!! mamá él murió" y ella blanca, no sabía que pasaba, y le digo "Harry murió" supondrán la cara de ella cuando digo eso. Su cara fue de "Angela, su-pe-ra-lo!!"
Pero ¿saben? muchos dirán que perdí muchísimas horas de mi vida, leyendo y releyendo esos 7 maravillosos libros. Pero yo no lo creo. Marcaron mi paso de la infancia a la adolescencia, y mi paso de la adolescencia a la adultez. Yo crecí leyendo, sufriendo, y viviendo Harry Potter. Soy parte de la generación Rowling.
Es curioso como el niño de la marca nos marcó a tantos.
Y por vergonzoso que suene, yo fui vestida de Cho Chang al estreno de Harry Potter y la orden del fenix, yo jugué Quiditch en la cancha las almejas los sábados, y sí yo pertenezco a una casa. La honorable casa de la sabiduría: "Ravenclaw" y sí, aún tengo guardada mi corbata y bufanda azul/plateado como recuerdo de que Harry Potter aún no ha muerto para mí, y que a mis hijos les contaré los cuentos de Beedle el Bardo por las noches, ellos leerán esos libros, y sabrán porqué su mamá invirtió tantas horas en ellos, y mis nietos cuando me vean leyendo por millonésima vez los libros de J.K. Rowling me dirán:
"Abuela ¿Todavía los lees? yo les diré (cual Snape enamorado) Always."